¿Existe la reencarnación?

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6 May 2024
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La reencarnación es la creencia según la cual el alma, después de la muerte, se separa del cuerpo y toma otro cuerpo para continuar otra vida mortal. Según esta creencia, las almas pasan por ciclos de muertes y nuevas encarnaciones. Un ser humano, por ejemplo, podría volver a vivir en la tierra naciendo como un nuevo personaje. Una creencia reencarnacionista llamada “Metempsícosis”, enseña que los grandes pecadores pueden reencarnarse en un animal o una planta.



Posiblemente la creencia en la reencarnación comenzó al querer aplicar al ser humano el ciclo que observaban en la naturaleza: El sol y la luna aparecen y desaparecen. Igualmente, las estaciones del año, el follaje, las flores y tantas otras cosas en la naturaleza tienen un ciclo. Así pensaron que el ser humano moría, pero regresaba otra vez en otro cuerpo. La reencarnación es también fruto del deseo humano de darle explicación a las diferencias de inteligencia, salud, talentos, fortuna, etc. que existen entre seres humanos.


Según la doctrina de la reencarnación estas diferencias serían culpa o mérito por el comportamiento en vidas anteriores. Por lo tanto, se le culpa a los pobres, los enfermos y los desdichados por su condición desdichada y no se hace nada por ellos porque están pagando su culpa. El Evangelio, por el contrario, nos revela que Dios se hizo hombre en pobreza En los pobres encontramos al mismo Cristo. Para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento>>.


El hombre no debe inventarse "respuestas" para lo que no puede entender. "San Antonio el Grande, el célebre abad egipcio, meditaba en el desierto: ¿Por qué algunos mueren tras una vida corta mientras que otros llegan a una envidiable vejez? ¿Por qué algunos son pobres y otros ricos? ¿Por qué los injustos se enriquecen y los justos pasan necesidad? Entonces oyó una voz que le respondía: "Antonio, Antonio, ocúpate de ti mismo, pues eso pertenece al juicio de Dios y a ti nada te aprovecha saberlo". (Testimonios y Enseñanzas de los Padres del Desierto, C. Tescaroli). Publicado en la revista: Tierra Santa. Mayo-Junio 2002. Jerusalén. Número 756.


La reencarnación está vinculada al concepto del "Karma", según el cual cada uno paga por su buen o mal comportamiento en sus próximas reencarnaciones. El alma de quien tenga un buen karma "transmigrará" encarnándose en un ser superior, quién tenga un mal karma encarnará como un ser inferior, ya sea, por ejemplo, una vaca o una cucaracha.


En las sucesivas reencarnaciones el alma podría evolucionar hacia la perfección hasta convertirse en espíritu puro que no necesita más reencarnaciones. Entonces se sumerge para siempre en la eternidad. Los proponentes de la reencarnación creen que el alma es eterna pero no la persona. El alma habita en un cuerpo y cuando este se gasta se consigue otro. El alma no es individual, sino que forma parte de "Dios" o "Brama". El objetivo en los ciclos de reencarnaciones es pagar culpas de vidas anteriores y purificar el alma del mal hasta llegar a la "iluminación", lo cual le hace posible quedar absorta en el "todo", el "alma mundial". Conocerse como parte de ese "todo" es señal de iluminación.


ORIGEN


La primera vez que aparece la idea de la reencarnación es en la India, en el siglo VII a.C. Aquellos hombres primitivos, muy ligados aún a la mentalidad agrícola, veían que todas las cosas en la naturaleza, luego de cumplir su ciclo, retornaban. Así, el sol salía par la mañana, se ponía en la tarde, y luego volvía a salir. La luna llena decrecía, pero regresaba siempre a su plena redondez. Las estrellas repetían las mismas fases y etapas cada año. Las estaciones del verano y el invierno se iban y volvían puntualmente. Los campos, las flores, las inundaciones, todo tenía un movimiento circular, de eterno retorno.


La vida entera parecía hecha de ciclos que se repetían eternamente. Esta constatación llevó a pensar que también el hombre, al morir, debía otra vez regresar a la tierra. Pero como veían que el cuerpo del difundo se descomponía, imaginaron que era el alma la que volvía a tomar un nuevo cuerpo para seguir viviendo. Cuando apareció el Budismo en la India, en el siglo V a.C., adoptó la creencia en la reencarnación. Y por él se extendió en la China, Japón, el Tíbet, y más tarde en Grecia y Roma. Y así, penetró también en otras religiones, que la asumieron entre los elementos básicos de su fe.


ANTECEDENTES


La reencarnación proviene de la filosofía hindú-budista de la transmigración del alma. Este es el concepto "religioso" del ciclo eterno de nacimiento-muerte-nacimiento, en donde el alma se muda de cuerpo a cuerpo. El estatus de cada cuerpo sucesivo, ya sea humano o animal, es el resultado directo de la calidad de vida que el alma tuvo en el cuerpo previo. De esta manera, una "buena" vida resulta en el renacimiento en una forma de mayor calidad, y una "mala" vida resulta en el renacimiento en una forma de inferior calidad. Esta progresión ascendente y descendente está basada en la Ley del Karma, un fundamento central del hinduismo y de otras filosofías basadas en lo oriental.


Como la mayoría de nosotros sabemos, el Karma enseña que las buenas obras son recompensadas y que las malas obras son castigadas. La meta final en este ciclo de Karma es que al alma progrese al nivel más elevado de existencia y se vuelva una con el universo. La reencarnación es enseñada conjuntamente con el panteísmo, la creencia de que todo es Dios y Dios es todo. La reencarnación y el panteísmo son doctrinas centrales del hinduismo y el ocultismo. En décadas recientes, variaciones de éstos se han popularizado en el mundo occidental.


VENTAJAS


Quienes creen en la reencarnación piensan que ésta ofrece ventajas. En primer lugar, nos concede una segunda (o tercera, o cuarta) oportunidad. Sería injusto arriesgar todo nuestro futuro de una sola vez. Además, angustiaría tener que conformarnos con una sola existencia, a veces mayormente triste y dolorosa. La reencarnación, en cambio, permite empezar de nuevo. Por otra parte, el tiempo de una sola vida humana no es suficiente para lograr la perfección necesaria. Esta exige un largo aprendizaje, que se va adquiriendo poco a poco.


Ni los mejores hombres se encuentran, al momento de morir, en tal estado de perfección. La reencarnación, en cambio, permite alcanzar esa perfección en otros cuerpos. Finalmente, la reencarnación ayuda a explicar ciertos hechos incomprensibles, como por ejemplo que algunas personas sean más inteligentes que otras, que el dolor esté tan desigualmente repartido entre los hombres, las simpatías o antipatías entre las personas, que algunos matrimonios sean desdichados, o la muerte precoz de los niños. Todo esto se entiende mejor si ellos están pagando deudas o cosechando méritos de vidas anteriores.


CREENCIAS


En el Antiguo Mediterráneo - La noción de reencarnación aparece en muchas corrientes filosóficas y religiosas de la antigüedad en el Mediterráneo, tales como el orfismo egipcio, el maniqueísmo, el pitagorismo y el neoplatonismo. Como otra faceta del culto a los ancestros practicado durante mucho tiempo en las antiguas religiones, esta noción es también una forma de acercar el mundo de los vivos al de los muertos.


En las Sociedades Africanas - En ciertas etnias la creencia en la reencarnación juega un importante rol social. Entre los ashanti de Ghana la "sangre" renace por la línea materna mientras que el "principio masculino" refleja el culto a los ancestros y el alma se reúne, en su esencia, con la divinidad. Por el contrario, los kikuyo de Kenia distinguen dos almas en sus muertos: una "social" o colectiva que se reencarna en otro individuo y una que alcanza el mundo de los ancestros.


En el Mundo Occidental en los siglos XIX y XX - En el siglo XIX numerosos occidentales se sintieron atraídos por estas doctrinas evocadas en los textos ocultistas. Es el espiritista Allan Kardec quien lanza el movimiento de 1857 utilizando la reencarnación como fundamento de su "religión universal". En los años de 1930 la inglesa Joan Grant publica numerosas obras sobre sus "vidas anteriores". Ella recuerda ser la hija de un faraón, haber vivido en Grecia de Alejandro, en la Inglaterra medieval y en Italia durante el renacimiento. Algunas de sus declaraciones son sorprendentes, pero los destinos excepcionales que ella se atribuye en cada reencarnación contribuyen a hacer dudar de su sinceridad. En la segunda mitad del siglo XX renace el interés por las doctrinas orientales y numerosas personalidades, entre ellas el modisto Paco Rabanne, afirman creer en la reencarnación.


Creencias Orientales - Sigue siendo en Asia donde el principio de la reencarnación está más expandido. En la India por su puesto, pero también en China, Japón, Mongolia, el Tíbet, Indonesia... El caso más conocido es el del dalai lama, guía espiritual de los tibetanos. Cada dalai lama es la reencarnación de su predecesor. Es difícil obtener cifras exactas sobre el número de creyentes, sobre todo por el ateísmo oficial de China que oculta un gran número de fieles, pero se puede decir que hoy más de mil millones de personas pertenecen a alguna religión que admite la reencarnación.


TEORÍAS

 

Teoría Materialista - Sostiene que la vida es un viaje del nacimiento a la muerte; que la mente es el resultado de ciertas correlaciones de la materia; que el hombre es la más elevada vida inteligente del Cosmos; y que su inteligencia perece cuando el cuerpo se desintegra después de la muerte. No hay absolutamente nada más allá de la muerte.


Teoría Teológica - Afirma que a cada nacimiento un alma recién creada por las manos de Dios entra en la experiencia de la vida, pasando de un estado invisible, a través del nacimiento, a una existencia visible. Al fin del corto período de nuestra vida en el mundo material pasamos, a través de la muerte, al más allá invisible, de donde no se vuelve más y que nuestra felicidad o desdicha queda determinada por toda la eternidad por las obras que hemos hecho durante el infinitesimal período comprendido entre el nacimiento y la muerte. Infinitamente infinitesimal si lo comparamos con el Universo. Esta teoría sostiene la inmortalidad del alma.


Teoría de la reencarnación o renacimiento - Enseña que cada alma es una parte nacida de Dios, y que está desarrollando todas las posibilidades divinas, así como la semilla desarrolla una planta; que por medio de encarnaciones repetidas en un cuerpo humano vamos mejorando la calidad gradualmente y desarrollando los poderes dados por nuestra naturaleza divina; que toda la humanidad alcanzará la meta de la perfección y el retorno a su origen, la divinidad. El alma es inmortal pero se desarrolla a través de múltiples encarnaciones. La finalidad de mostrar estas tres teorías, una en contra y dos a favor de la vida más allá de la muerte tiene por finalidad que el lector valore las diferentes escuelas de pensamiento sobre este asunto primordial para nuestro sentir y nuestro pensar, no siempre explicado detalladamente.



LA REENCARNACIÓN Y LA BIBLIA


La Biblia enseña la realidad de la influencia y aun la posesión demoníaca. De hecho, es interesante señalar que, en cierto sentido, la reencarnación sí existe en lo que se refiere a los demonios, ellos son espíritus que son capaces de habitar en una sucesión de seres humanos susceptibles a su influencia, pero el ser humano no experimenta una serie de reencarnaciones. Hay quienes afirman que la Biblia enseña la reencarnación, pero las Sagradas Escrituras contradicen esta enseñanza, algunos versículos relacionados con el tema incluyen Mateo 17:10-13; Juan 3:3 y 9:1-3. Con referencia a Mateo 17, Elías nunca murió, por lo cual la reencarnación se hace imposible (vea 2ª Reyes 2:1-12), Juan el Bautista negó ser Elías (Juan 1:19-26), lo que la Biblia enseña es que él vino con la misma conducta de Elías (Lucas 1:17). En cuanto a Juan 3:3, Jesús explica que el "nacer de nuevo" no abarca entrar por segunda vez en el vientre de la madre, también se entiende que el nacimiento es espiritual y no físico; Además aquí se habla de un solo nuevo nacimiento. En Juan 9, Jesús afirma que el ciego sufre para que la gloria de Dios se manifieste, nunca afirma que él sufre por algo que hizo en una vida pasada.


La Biblia nos enseña en Hebreos 9:27: "...está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio"; no hemos recibidos dos, cinco, ni cien oportunidades para morir, ser juzgado y vivir de nuevo, tampoco estamos sujetos a una serie innumerable de juicios, como lo sugiere la reencarnación, según lo cual cada nueva vida es un juicio sobre la conducta en la vida pasada. Solamente la Biblia es la fuente segura e inequívoca en la que podemos encontrar la verdad sobre lo que somos, la razón por la cual existimos y lo que ocurre después de la muerte. No crea en los mitos de la filosofía hindú ni se someta a la hipnosis ni a las terapias de regresión hacia las vidas pasadas, esto le puede traer graves consecuencias en su vida psicológica y física, busque la orientación de los terapeutas científicos y objetivos, los cuales se guían por el método científico y toman en cuenta la esencia espiritual, ya que el ser humano es un ser integral, formado por cuerpo, alma y espíritu.


En todo este proceso evolutivo que el dios creador ha ideado y está propulsando, tiene mucha importancia la muerte y la reencarnación de los seres humanos. Cuando un ser humano muere, muerto ya el cuerpo físico, el alma es separada del cuerpo llevando consigo al Espíritu encadenado, pues el Espíritu está encadenado al alma y no al cuerpo. Está unido al cuerpo a través del alma. Después de la muerte física, el alma se retira llevando consigo a ese Espíritu. Lleva ese Espíritu a otros planos y allí continúa siendo castigada. Para los Gnósticos este mundo es el infierno, está lleno de castigos y sufrimientos desde el nacimiento hasta la muerte. Pero después de la muerte el sufrimiento continúa, e incluso puede hacerse más intenso todavía. Es castigada el alma por todas las conductas que ha tenido aquí en la Tierra , mientras estaba en el cuerpo físico. El sufrimiento continúa. El alma es golpeada, castigada, “limpiada” dicen algunos, hasta que es trasladada a un nuevo cuerpo para continuar sufriendo. Nadie se salva del infierno, ni siquiera con la muerte. Cuando el alma se ha separado del cuerpo sigue sufriendo, y a veces más que antes. Continúan los apaleamientos y castigos.


Y así, a través de sucesivas muertes y reencarnaciones se va modelando la conducta del ser humano. Se engaña a los hombres diciéndoles que estos castigos son para su bien, que de esta manera los hombres van “mejorando”, “evolucionando”, “se van haciendo más buenos”, “más puros”, “más santos”, “más parecidos a su creador”. A su satanás creador. Pregúntenle a ese satanás creador, a quien llaman “Juez Justo” y “Dios de Amor” por qué se mueren los niños. Pregúntenle también por qué inventó tantos virus y enfermedades. Nada responderá, porque además de injusto es sordo y ciego. Los Gnósticos sostienen que el creador se alimenta de las emanaciones producidas por el dolor y los llantos de los hombres.


Con los castigos, el demiurgo pretende que los hombres se “perfeccionen” paulatinamente. “Perfeccionarse” significa parecerse cada vez más al demiurgo, al creador. Los castigos cesarán cuando el hombre se rinda ante el creador y acepte ser como él, renunciando a su Espíritu. Esto último es lo que sucede también cuando un hombre o una comunidad de hombres decide hacer una “alianza” o pacto de sangre con el demiurgo, a fin de que sus sufrimientos disminuyan un poco. En estos casos, el hombre o grupo de hombres involucrados en el pacto, se comprometen a renunciar al Espíritu a cambio de poder o riquezas materiales. Esos hombres renuncian a Todo, a cambio de muy poco. Hay que estar loco o muy desesperado para hacer pactos o alianzas con el demiurgo diabólico. Habrán firmado su sentencia de muerte Espiritual y serán desintegrados cuando todo lo creado desaparezca.


UN CASO DE REENCARNACIÓN


En la ladera de una colina con vistas al pueblo turco de Hancagiz, Engin Sungur se volvió hacia sus padres y dijo: "Veo el pueblo donde vivía". ellos sabían, sin embargo, que él sólo había vivido con ellos en Tavla, un pueblo más grande a unos 4 km de Hancagiz. Lo que el niño de dos años les estaba diciendo es que Hancagiz había sido su pueblo en una vida anterior. Como los Sungur son musulmanes-alevi que, al contrario de sus vecinos, musulmanes-sunni, creen en la reencarnación, reaccionaron con curiosidad más que con risas. "¿De quién eres hijo?", le preguntaron. "Soy Naif Cicek", respondió y empezó a contarles circunstancias de su vida anterior y que había ido a Angora poco antes de morir. Luego, Engin pidió a sus padres que le llevaran a Hancagiz.


Al principio los Sungur, quienes nunca habían oído hablar de Naif Cicek, se negaron. Poco después el pequeño Engin se encontró en la calle con Gulhan Cicek, la hija del fallecido, la cual iba al colegio de Tavla. Se dirigió a ella llamándola "hija mía" y, viendo que la chica se asustaba, le explicó que él era su padre. Antes de este incidente no había habido ningún contacto entre las dos familias pero, ante lo sucedido, la madre de Engin decidió llevarlo a Hancagiz para ver al resto de la familia. En cuanto vio a la viuda de Naif Cicek la llamó "esposa mía" e identificó por su nombre a otros siete miembros de la familia. El niño llegó a indicar un terreno asegurando que en el pasado había sido suyo, lo cual resultó ser cierto a pesar de que ya no formaba parte de la finca. También describió con detalle cómo había sido golpeado por una camioneta, conducida por su hijo, al hacer marcha atrás. Además, se supo que Naif fue a Angora a ver a un médico, tal como había dicho Engin, y murió poco después, en diciembre de 1979, a los 54 años. Engin nació casi tres años después, el 8 de octubre de 1982.



Fuentes:

  1. http://www.corazones.org/apologetica/reencarnacion.htm/
  2. http://www.escalofrio.com/n/Misterios/La_Reencarnacion/La_Reencarnacion.php/
  3. http://amanecerespiritual.tripod.com/capitulo4.htm/

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